9 de agosto de 2003

Molestias en Valls

Quiero denunciar la falta de respeto por la ley de ruidos que tiene el Ayuntamiento de Valls, más preocupado en propagar por el mundo el asado de cebollas. Las calles son tremendamente ruidosas por la proliferación de carreras de motos, y la ruidera que producen con sus tubos de escape abiertos hasta a altas horas de la madrugada hacen imposible el descanso y la convivencia, generándose delincuencia callejera.

La policía local rehúye cualquier intervención argumentando que es muy difícil hacer un control de ruidos y de tráfico. Entonces, ¿para qué les pagamos? Eso sí, el Ayuntamiento es raudo y presto a la hora de pasarnos la factura por el desgaste de calles y basuras. Por cierto, las tasas son equiparables a las de cualquier ciudad de más de 300.000 habitantes. Y mientras, la delincuencia campa a sus anchas.

¡Vivan las cebollas!

ENRIQUE POSADAS
Valls

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