26
de octubre de 2003
Exceso de decibelios
Óscar Escofet Rodríguez
Barcelona
Tengo 38 años,
vivo solo y no tengo (por desgracia) un niño de un año por el
cual preocuparme. Y, encima, en casa puedo dormir. Todo lo contrario a lo que
les sucede a unos amigos que viven en la calle de Bolivia, en el corazón
del futuro famoso barrio del 22@. La instalación de unos locales ilegales
de ensayo anexados a su vivienda han transformado su descanso en un martirio,
y las noches de plácido sueño, en auténtico insomnio. Legalmente
lo han intentado todo, pero sigue el ruido persistente de hasta 59 decibelios,
medidos en la habitación del pequeño. ¿Tendremos que permutar
nuestras viviendas para que su hijo pueda dormir y ellos descansar?