24 de noviembre de 2003
Música
en el tren
Suplico
a los responsables de cercanías de Renfe que bajen el volumen de las sesiones
musicales a que nos tienen sometidos desde hace varios años a un nivel
que no moleste a los usuarios. Lo mismo digo con respecto al fuerte volumen de
la voz que nos anuncia la llegada a la estación y al desagradable pitido
que nos avisa del cierre de las puertas. ¿No podrían sustituirlo
por otro sonido que no fuese tan hiriente?
La
mayoría de los viajeros únicamente deseamos un medio de transporte
que nos lleve a nuestro destino lo más cómoda y rápidamente
posible, y no un ambulante vagón de ruidos del que por razones obvias no
podemos escapar.
GUILLERMO MARTÍ
Sant Pol de Mar