20
de agosto de 2003
Sufrir
las fiestas
Albert Pla
Barcelona
Soy
vecino del barrio de Gràcia de Barcelona y en estos días nos toca
sufrir unas fiestas que duran nueve días, en los que nos resulta imposible
descansar. Casi todos mis amigos del barrio se ven obligados al éxodo.
Le propongo a Clos dejarle mi casa hasta el 23 de agosto y que él me preste
su vivienda. Tenemos de todo en el barrio. Abajo hay una farmacia que vende tapones
para los oídos, ansiolíticos y sedantes. Que se traiga un pingüino
de aire acondicionado, ya que los decibelios obligan a cerrar las ventanas. Le
recomiendo, asimismo, que venga a pie o en metro, ya que, pese a ser agosto, no
queda ninguna plaza libre en las calles. Esto ocurre por desoír los consejos
de Pasqual Maragall, quien siempre defendió que en las fiestas de Gràcia
debía limitarse el paso a los vecinos, como se ha hecho con otros acontecimientos
en otros barrios.