3 d'abril de 2004
No se puede leer
Estoy
totalmente de acuerdo con el señor Pedraza, quien, al igual que la mayoría
de usuarios de cercanías de Renfe, cree que la música en el tren
es totalmente innecesaria ya que sólo sirve para crispar los nervios, y
más con el volumen a la que la ponen. Después de una jornada de
trabajo, lo que más desea uno es paz y tranquilidad y no que te encuentres
cada día con una verdadera tortura escuchando a la fuerza los gritos estridentes
de cantantes de ópera. Y el ruido es tal que te fuerza a dejar el libro
que estás leyendo o te impide cerrar los ojos.
NÚRIA SÁNCHEZ
Vilanova i la Geltru