30 de setembre de 2005

Ruido como música

J. M. ª GUILLÉN MESTRE
BARCELONA

En el excelente artículo de Norbert Bilbeny, No haced ruido, no haced ruido (22/IX/2005), echo de menos la mención de la música ambiental. Me refiero a esos hilos musicales que suenan en los espacios públicos de forma que las personas que no desean escucharlos se encuentran inermes ante sus agresiones sonoras. No hace falta que sean estrepitosos. La música no es un ruido cualquiera y no necesita cargarse de decibelios para hurgar en nuestra intimidad y resultar irritante. Lo curioso es la resignación general. Si no permitimos que nadie nos toque el cuerpo sin permiso, ¿por qué aguantamos que nos manoseen el alma?

Conservo una entrevista de la contra (29/ IX/ 1999), en la que el director de orquesta Christopher Hogwood dijo: "El hilo musical es polución sonora. Es auténticamente nociva para la sensibilidad musical y yo creo que también para el cerebro... Es un ridículo y deprimente ruido". No se puede decir mejor.

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