20 d'agost de 2004

Ruidosa Torredembarra

Aprovechando la publicación del artículo Cuchillo de palo en Torredembarra (16/VIII/2004) de Joaquim Roglan, que explica: “Más tarde viajé hacia la villa. Durante el trayecto niñatas de Barcelona circulan peligrosamente de dos en dos sobre ciclomotores, sin cascos, sin luces y sin guardia urbano que lo impida”, escribo para solidarizarme y abundar sobre el tema.

La insensibilidad y permisividad mostrada por los máximos responsables políticos y ejecutivos es total, a pesar de los compromisos contraídos y difundidos de forma pública, como consecuencia de la presentación el 28 de mayo de 80 folios con 1.211 firmas contra el exceso de decibelios producido por motos y ciclomotores.

Mientras que en localidades como Vila-seca (con sanciones de 300 euros) y el Monzón (que prohibe en verano la circulación de dos ruedas durante la noche) se toman medidas al respecto, en Torredembarra el método más prodigioso es soltar durante 20 minutos el sermón de la montaña a la manada de alborotadores que, una vez se han ido los efectivos del orden, salen disparados invadiendo toda la calzada y alardeando de brincar sobre una rueda, además de producir un mayor estruendo.

PERE MOR
Torredembarra

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