20 de juliol de 2004

Ruido contra el ruido

La teniente de alcalde Imma Mayol declara que vecinos y bongueros deben ceder para convivir en paz (La Vanguardia, 15/VII/2004). A cambio ofrece a los vecinos, según manifestó con entusiasmo en una tertulia reciente en BTV, la garantía de que a partir de las 9 de la noche los timbaleros cesarán de atormentarles durante unas horas.

¡Qué bien! Así podrán descansar un rato, recuperarse de la paliza acústica y a la mañana siguiente estar en forma para aguantar otra. Porque resulta que por el día la gente no hace nada que requiera silencio: trabajar, estudiar, reflexionar, leer, hablar, escuchar música u ordenar la casa, mientras le ponen a uno la cabeza como un bombo, es de lo más gratificante.

Puesto que el Ayuntamiento de Barcelona abandona a las víctimas a su suerte, les recomiendo que se defiendan de la agresión timbalera con su misma arma: con ruido. Los mil firmantes de la carta y el manifiesto de protesta podrían constituir una banda popular y desfilar por el parque tocando cacerolas, trompetas de feria y silbatos arbitrales, para que la inacabable y monumental cacofonía terminara por ahuyentar a los bongueros. A éstos, les aconsejo que se desplacen a la plaza Sant Jaume, donde seguro que el Ayuntamiento y la Generalitat respetarán su derecho a divertirse.

ARNAU SERRALLONGA
Barcelona

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