12 de novembre de 2004

Rodeados por el ruido

En referencia al artículo El culto al ruido (6/XI/2004), de Remei Margarit, quisiera decir que el ruido nos aísla, nos aliena y nos perjudica la salud, pero eso sí, ¡nos incita a comprar! Nos vuelve consumidores compulsivos. Siento comunicar a mi admirada Remei Margarit que algunas librerías se han unido al bum-bum y ya no reina en ellas el silencio. En las bibliotecas, por suerte, aun no se ha llegado a este extremo.

El ruido en Barcelona (ascensores, bancos, comercios, cine, cafeterías, etcétera) es absolutamente insoportable. Ya no se puede pasear. Ni en los parques, entre árboles, se apaga el ruido del tráfico y se está tranquilo. De este modo, los fines de semana hay que huir (¡viva el consumismo!). Los turistas se quejan de ello, ¿repetirán? Francamente, en tal sociedad no es de extrañar que nos quieran exterminar a bumbumbazos.

PEPA LLACH GOLA
BARCELONA

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