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TENDENCIAS
Para no enfurecer a los vecinos, llegó a Venecia la “rave” muda: todos bailan en silencio






Los asistentes están con auriculares y pueden elegir a qué DJ escuchar. El impacto visual es rarísimo, hay muchísima gente bailando “sin música” y todos moviéndose a diferentes ritmos.





Por Alessandra Ferrari. conexiones@claringlobal.com.ar



El parque está lleno de gente que se mueve sin parar, pero en absoluto silencio. No están locos, sólo participan de la “Mutus Party”, la rave muda. El particular encuentro tendrá lugar el próximo 24 de julio en los Jardines del Castillo, en Venecia, Italia, ciudad de canales pero también de calles angostas y de convivencia complicada. Y, ahora, todos con auriculares para bailar y divertirse sin alterar la preciada quietud pública.

La rave muda “made in Venecia” ya parece tener consenso también en Londres, Inglaterra: algunos gurúes del universo dance inglés se están interesando en la propuesta, entusiasmados por su valor “conceptual”. Y pensar que el rave más tranquilo nació por preservar una convivencia civilizada. La municipalidad de Venecia, en colaboración con el grupo AttualAmente, quería complacer a los noctámbulos y no enfurecer a la gente mayor y a las familias que quieren dormir.

“Venecia es una ciudad donde se vive codo a codo”, explica Michele Brunello, de AttuAlamente. “Teníamos que encontrar algo intermedio entre la nada después de las 11 de la noche y el ruido. Así se nos ocurrió la idea de los auriculares”. El sistema es simplísimo: es necesario un dispositivo como el que se usa para la traducción simultánea en las convenciones. Luego se traen las consolas y lista la rave. Todos los años se reúnen por lo menos cuatro DJs distintos que tocan música simultáneamente, desde electrónica hasta étnica, pasando por el revival y la comercial. Así, además de no hacer ruido, se puede elegir qué música escuchar. Y bailar, naturalmente.

La Mutus Party ya va por su tercera edición, en el contexto del festival “Jardines de verano”. El impacto visual es surrealista: hay gente que está toda junta, pero que se mueve a ritmos diversos. “Lo más divertido”, asegura Michele Brunello, “es ver cómo la gente gesticula: cuando hay alguien que parece divertirse mucho, los que están al lado le preguntan (con gestos, naturalmente) qué está escuchando. El les dice el canal: uno, dos, tres o cuatro. Y todos empiezan a bailar al mismo ritmo”. Sacarse los auriculares es una buena experiencia: “Uno se siente catapultado a otra dimensión”.

© La Repubblica.
Traducción de Claudia Martínez.



























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