| laia isart| 20
minutos |
Cada fin de semana el Parc de la Ciutadella de Barcelona
se convierte en una fiesta rave improvisada. Los tambores, que el Ajuntament
ha prohibido, se ven acompañados de un mercado ilegal donde centenares de personas
pasean entre tenderetes de comida –desde calçots a hamburguesas que cocinan
al momento en parrillas–, bebidas alcohólicas y algún vendedor de drogas blandas.
Además se ofrece una alternativa a la música de los tambores: comprar un
CD en los top manta que se extienden en el césped. Los vendedores están
tan habituados a que nadie les llame la atención que cuando ven un coche policial,
no se molestan ni en desmontar la parada, como ayer pudo comprobar 20 minutos.
Los
vecinos del parque y los propietarios de los chiringuitos autorizados están hartos
de esta situación y reclaman una patrulla fija de la Guardia Urbana en el recinto.
Desde la Associació de Veïns del Parc de la Ciutadella, Teresa Bernabeu asegura
que, en verano,'tenemos que pasar todo el día fuera de casa porque el ruido de
los tambores se hace insoportable'.
A esto cabe añadir el problema de mantenimiento.
Los trabajadores del parque aseguran que cada lunes pasan horas recogiendo basura
y cacas de perro, y replantando las zonas verdes destrozadas.
Ladrones
organizados en bici y móvil
Los trabajadores de los chiringuitos explican
que desde hace un par de años, un grupo de delincuentes se dedica a desvalijar
a los turistas. 'Los conocemos perfectamente, siempre son los mismos, pero la
Policía no actúa o lo hace muy de vez en cuando', explica un empleado que prefiere
no decir su nombre, y añade: 'Están tan organizados que se mueven en bici por
el parque y llevan teléfonos móviles para comunicarse.' El lunes es cuando los
empleados del parque se encuentran con bolsos vacíos y documentación en el suelo.