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Valencia confía en que el fallo de Estrasburgo reducirá el ruido en la ciudad

La Comunidad Valenciana se sitúa a la cabeza de las autonomías con más hogares que tienen problemas de ruidos  

SALVADOR ENGUIX - 22/11/2004
VALENCIA

Los expertos anuncian que creará jurisprudencia y servirá de fundamento para otras causas. Porque la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, que ha condenado esta semana a España a indemnizar a una valenciana por los años que estuvo sometida al ruido de pubs y discotecas "es un claro espaldarazo a las instituciones, a los tribunales y a los colectivos que llevan tiempo reclamando más atención de las administraciones al fenómeno de la contaminación acústica", según el Síndic de Greuges valenciano, Bernardo del Rosal. Se trata, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de una realidad que sufren más de nueve millones de personas en un país, España, al que sólo supera Japón en número total de afectados por la incidencia del ruido.

El caso de Pilar Moreno Gómez, la valenciana a la que deberá indemnizar el Gobierno español con más de 8.000 euros, no es, por tanto, una excepción. El Instituto Nacional de Estadística desvela en su último Censo de Población y Viviendas del año 2001, que la contaminación acústica es una de las principales preocupaciones de los españoles. Según esta encuesta, la Comunidad Valenciana se sitúa a la cabeza de las autonomías con más hogares con problemas de ruidos externos, con un porcentaje del 37,16%; seguida de Madrid, con el 36,17%, y Catalunya, con el 34,28%. Valencia ciudad aparece, además, en todos los estudios, como la ciudad más ruidosa de España.

La solución para mitigar la contaminación acústica no es sencilla. Las fuentes del ruido son numerosas, desde las discotecas o pubs (100 decibelios), hasta el propio tráfico rodado (85 decibelios) o la realización de obras (hasta los 120 decibelios). Para su control es necesaria la implicación de las diferentes administraciones, y, en ocasiones, se enfrentan diferentes derechos.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, lo dijo el pasado mes de julio en un pleno municipal: "la ciudad vive con un cierto estrés el equilibrio entre el ocio y el descanso". La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a la que la sentencia del alto tribunal de Estrasburgo le cuestiona su gestión, por no haber dado respuesta a los problemas de contaminación acústica del barrio donde vivía Pilar Moreno, defendió que las administraciones locales tienen competencias limitadas. "Lo que sí es cierto -añadió- es que esta sentencia nos debe obligar a un debate, a una reflexión y a una concienciación de un grave problema en el que todos debemos participar en la solución".

Al menos, como señala Andrés Morey, el abogado de Pilar Moreno, la sentencia de Tribunal de Estrasburgo permitirá dar aire y vida a otras denuncias por exceso de ruido: diferentes fuentes de la Administración calculan en más de 7.000 las denuncias en toda España.



 
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