Plan municipal para rehabilitar 32.000 pisos
en siete años Una mañana
ruidosa El pleno municipal debate sobre
la convivencia mientras los okupas vuelven a actuar
CIUDAD ESTRESADA. Joan Clos admite que
Barcelona vive con un cierto estrés el equilibrio entre el
ocio y el descanso |
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LA OPOSICIÓN. Xavier Trias pide al alcalde
que haga cumplir las ordenanzas y Alberto Fernández, que
pierda los complejos |
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RAMON SUÑÉ | LLUÍS
SIERRA - 22/07/2004 BARCELONA
Barcelona
goza de buena salud, pero su propio éxito la somete a “cierto estrés
a la hora de mantener sus equilibrios convivenciales”. El
diagnóstico hecho por el alcalde Joan Clos sobre el estado de la
ciudad podría servir también para explicar la situación que se vivió
ayer en el pleno municipal, que debatió sobre el equilibrio casi
imposible entre la juerga nocturna y el descanso de los vecinos, y
fuera, en la calle, donde a las protestas ya habituales de los
trabajadores de Parcs i Jardins y de padres de alumnos de las
guarderías municipales, se sumó la insólita okupación de las sedes
centrales de los tres partidos que gobiernan el Ayuntamiento y la
Generalitat. Apenas habían transcurrido los primeros minutos de la
sesión cuando la noticia de los encierros en los cuarteles generales
de PSC, ERC e ICV dispersó la atención de los ediles y de los
periodistas que seguían el pleno. El concejal de Seguridad y
Movilidad, Jordi Hereu, colgado del teléfono, analizaba los hechos
en previsión de una posible intervención de la Guardia Urbana. Jordi
Portabella se interesaba por lo sucedido en la sede de Esquerra
Republicana, mientras Imma Mayol contemplaba preocupada, desde los
ventanales de la Casa Gran, la evolución de los acontecimientos al
otro lado de la calle Ciutat, en la sede de Iniciativa, invadida
también por los piratas del Fòrum.
Controlada la situación
en el exterior, el interés se trasladó de nuevo a la sala de plenos,
donde Imma Mayol fue, junto a Joan Clos, la principal destinataria
de los ataques de la oposición. Xavier Trias les reclamó a ambos que
hagan lo que se espera de cualquier gobierno, es decir, gobernar,
tomar decisiones y hacer cumplir las ordenanzas municipales. “No
estoy en contra de los timbalers, pero no puede ser que en esta
ciudad la gente pueda descansar”, afirmó el presidente del grupo
popular. El popular Alberto Fernández insistió en que la solución
pasa por la vigilancia estricta de las normas –algo que, a su
juicio, se consigue con más Guardia Urbana– y reclamó a las
formaciones de la izquierda que de una vez por todas “pierdan los
complejos” y se atrevan a sancionar a los incívicos cuando “la
juerga y el descanso no son compatibles”.
Imma Mayol
respondió que “siempre intentaré que prevalezca el acuerdo por
encima de la aplicación de la fuerza, pero cuando no haya más
remedio aplicaremos la fuerza”. Y para negar la acusación de CiU y
PP de que el Ayuntamiento sólo actúa cuando los problemas se han
enquistado y los vecinos levantan su voz, la tercera teniente de
alcalde aportó datos. No sólo los facilitados el día anterior en la
rueda de prensa sobre las sanciones impuestas en lo que va de
verano, sino también otros con los que intentó demostrar que desde
hace tiempo se viene actuando contra el ruido. Mayol señaló, por
ejemplo, que de los 37 expedientes contra terrazas abiertos en el
2002 se pasó a 409 en el 2003, o que entre el 2001 y el 2003 se
inspeccionaron 22.000 vehículos por exceso de ruido y se tramitaron
8.900 denuncias.
La oposición quería pasarle factura a Mayol
por su cambio de criterio en el caso de los bongueros del parque de
la Ciutadella. La presidenta del Institut de Parcs i Jardins limitó
primero los horarios y la zona de actuación de los percusionistas,
que habían proliferado en los últimos tiempos para tormento de los
vecinos. La medida no tuvo éxito y el pasado lunes Imma Mayol pactó
con los músicos una tregua de una semana mientras se les busca un
nuevo emplazamiento en otro punto de la ciudad. Ayer por la tarde,
el parque presentaba un desconocido silencio sólo roto por un par de
tamborileros disidentes.
El alcalde remachó el discurso de
Imma Mayol reafirmando su compromiso de “buscar el equilibrio entre
la ciudad mediterránea y las buenas maneras y el respeto al
descanso”. Dicho esto, Clos, como el día anterior, dejó entrever que
la política del guante de seda con los que vulneran las normas de
convivencia parece ceder el paso a la del puño de hierro.
“Actuaremos con firmeza”, sentenció el alcalde, muy habituado a que
la oposición le eche en cara que no ejerce su autoridad.
En
una sucesión de debates que llegan al pleno gastados después de
múltiples previas en las comisiones y en los medios de comunicación,
una de las escasas novedades de la sesión de ayer fue la
presentación por parte del primer teniente de alcalde, Xavier Casas,
de una medida de gobierno para incrementar de forma muy sustancial
el número de viviendas rehabilitadas en la ciudad. En las actuales
condiciones la rehabilitación entre el 2004 y el 2010 alcanzaría
únicamente a 8.000 unidades. Con la propuesta que el Ayuntamiento
hace a los gobiernos de la Generalitat y del Estado para que la
incorporen a sus respectivos planes de vivienda –lo que precisaría
sobre todo un fuerte incremento de recursos– se podrían rehabilitar
en ese mismo periodo 32.000 pisos. En la actualidad, una de cada
cuatro viviendas que se rehabilitan en España son de Barcelona.
El programa de rehabilitación que propone el Ayuntamiento
marca cuatro líneas de actuación. La primera sería la mejora de las
condiciones y la seguridad de los edificios, actuando sobre 2.000
viviendas. La segunda consistiría en mejorar las condiciones de
habitabilidad de los pisos para destinarlos después a alquiler. La
medida podría afectar a un total de 12.000 unidades y una tercera
parte de ellas podría destinarse a alquiler a precios asequibles.
La tercera vía de intervención sería el aprovechamiento de
la ley de mejora de barrios recientemente aprobada. El Ayuntamiento
confía en que un mínimo de seis barrios de Barcelona –uno por año–
se beneficien de este programa de ayudas que cofinancia la
Generalitat. Para conseguir estas inversiones, Barcelona deberá
competir con otras muchas ciudades catalanas que a partir de finales
de este año presentarán proyectos para rehabilitar su barrios más
degradados. El Govern quiere que estas actuaciones integrales no se
concentren exclusivamente en Barcelona y su área metropolitana, sino
que, al contrario, sean un factor de reequilibrio territorial.
La cuarta medida que propone el Ayuntamiento, en este caso
al Gobierno español, es la de ampliar las zonas de rehabilitación
integral de edificios de los núcleos antiguos. Hoy, estos planes se
aplican en Ciutat Vella, Poble Sec, Eixample y Gràcia, pero Casas
quiere que la actuación llegue a un total de 24 zonas de la ciudad y
permita rehabilitar 12.000 pisos. En su conjunto, las propuestas
hechas públicas ayer por el Ayuntamiento requerirían de una
inversión global hasta el 2010 de 940 millones de euros.
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