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COSTA Vila-seca endurece las multas a las
motos que superen el ruido establecido o contaminen Redacción
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Vila-seca pretende que
las motos que circulen por su término tengan todos los requisitos,
y, sobre todo, que no produzcan contaminación acústica por un exceso
de ruido. Para ello, desde ayer y hasta el día 30 de este mes, la
Policía Local informará a todos los motoristas que se encuentre y a
partir del 1 de julio aplicará sin temor la dura normativa vigente.
El exceso de decibelios significará una sanción de al menos 300
euros. Los agentes Juan Luis y Quico empezaron ayer la fase
informativa del bando municipal que se aprobó el viernes. Su primer
puesto de control fue en un lateral de la plaza Països Catalans. Su
presencia provocó en los primeros minutos cierta curiosidad de
conductores y viandantes. Algunos de los vehículos aprovecharon para
parar y preguntar alguna que otra dirección. Las motos brillaban por
su ausencia y ellos se lo tomaban con calma.
No tardó
demasiado la primera. La conductora de una Elyseo-Peugeot fue la
primera motorista que pasó por el puesto de control. Bajó de la
máquina desconcertada y Quico, muy amablemente, le puso en
antecedentes. La mujer se relajó. Mientras, Juan Luis puso en marcha
el medidor. «Encienda la moto, por favor», le pidió Quico. La
mujer la puso en marcha. «Tiene cuatro años, lo tiene todo original
y le cuesta encenderse porque le falla un poco la batería», se
excusó. «Dele gas», añadió Juan Luis mientras miraba a una
distancia de poco más de un metro el medidor. Los decibelios subían,
pero sin llegar a los 81-83 marcados como máximo por el reglamento
para una cilindrada de 49cc. «Parece que está bien», añadió Quico y
la mujer, aliviada, se fue. Al instante, una Aprilia Racing de
49cc pasó por el control. Quico repitió el procedimiento y Juanjo,
el conductor, le explicó las piezas que tenía cambiadas, pero el
medidor también señaló que no pasaba del número de decibelios máximo
permitidos. La tercera y última víctima del primer control fue una
Honda 125cc. «Lleva el tubo cambiado, agente», le explicó Alfredo,
su conductor. El medidor de decibelios siguió dando un número por
debajo de lo permitido. Alfredo, al igual que los dos primeros
motoristas, se marcharon contentos por tenerlo todo en
regla.
«Ahora, simplemente informamos, pero cuando empecemos
en serio, pediremos la documentación y realizaremos un control para
que el resto de patrullas que hagan el seguimiento sepan cuáles
hemos parado y si éstas lo tienen todo correcto o bien se les ha
detectado una anomalía», explica Juan Luis. |
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