La polémica sobre la
tercera pista del aeropuerto de El Prat crece. Cuatro
instituciones catalanas reclaman que la nueva pista "opere al
máximo de su capacidad". Y fundamentan su petición alegando
que, debido a la contaminación acústica que afecta a las
localidades de Gavà y Castelldefels (Baix Llobregat), el
normal funcionamiento del aeropuerto "está siendo
obstaculizado". El aeropuerto asegura que el tráfico aéreo es
fluido en la tercera pista, pero no facilita datos de
actividad.
Las cuatro instituciones que reclaman un mayor uso de la
tercera pista son la Cámara de Comercio de Barcelona, la
patronal Fomento del Trabajo, la Fundación del Real Automóvil
Club de Cataluña y el Círculo de Economía, y también reclaman
que El Prat "minimice cualquier inconveniente que la operación
del aeropuerto provoque en su entorno".
El inconveniente se llama Gavà Mar. Se trata de una
urbanización ubicada justo al lado del aeropuerto, sobre la
que vuela "un avión cada dos minutos", según Manuel Maniega,
representante del Ayuntamiento de Gavà en la comisión de
seguimiento ambiental, encargada de conseguir que " el uso de
la tercera pista afecte lo menos posible a esta urbanización",
explica el propio Maniega, "pero sin que perjudique a las
actividades de El Prat".
El aeropuerto, por su parte, entiende la petición de las
instituciones, pero asegura que "la tercera pista está
funcionando con normalidad". El ruido que molesta a Gavà Mar
"sólo se produce en una de las 22 posibles formas" de despegar
y aterrizar sobre la nueva pista, explican. "Y esa maniobra
sólo se usa por cuestiones meteorológicas". AENA logró el
pasado 11 de marzo que el Ministerio de Fomento autorizara al
aeropuerto reducir a la mitad el uso de ese tipo de maniobras,
lo que, según El Prat, "no afecta al tráfico diario".
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