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COSTA Altafulla pretende crear una ordenanza
para regular la contaminación acústica Las vías del tren y la antigua N-340, las zonas más
ruidosas Joan Boronat
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El Ayuntamiento de
Altafulla tiene previsto debatir próximamente en comisión lo que
debe ser la ordenanza reguladora de la emisión de ruidos. Esta
normativa municipal debía aprobada en pleno el pasado mes de
noviembre, pero los grupos políticos prefirieron dejar congelado
este punto de la orden del día y realizar un estudio más exhaustivo
y acurado a la localidad. El alcalde de Altafulla, Manel Ramon,
explica que «para elaborar la ordenanza se partirá de un modelo
genérico y seguidamente, iremos procediendo su adaptación para que
se ajuste a la realidad del municipio». Lo que se puede avanzar es
que se aplicará un límite horario de las actividades ruidosas: obras
públicas, zonas de ocio... «Debemos tener en cuenta que las obras,
de carácter público o oprivado, deben molestar lo menos posible y
por ello se irán aplicando medidas correctoras para evitar
problemas», dice.
La posible contaminación acústica de
Altafulla está, como en cada población, en unos puntos más
complicada que en otros. En este caso, la línea de ferrocarril que
cruza el término municipal o las vías interurbanas grandes, como por
ejemplo la antigua N-340, serían puntos más ruidosos. Las obras
podrían situarse como puntos ruidosos temporales.
Los
ciudadanos de Altafulla ya han manifestado en reiteradas ocasiones
su malestar con algunos ruidos molestos y habituales en la
localidad. Aparte, este problema acústico que se quiere resolver
pronto también estará reflejado en la Agenda 21 municipal que se
está elaborando.
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