Trabaja en Audipro, un gabinete de
audiología desde hace siete años. «Los pacientes se someten a un
estudio previo por parte del otorrino y posteriormente acuden a
nosotros para que determinemos qué prótesis es la más adecuada para
cada cliente», explica.
-¿Qué clientes suelen
tener?
-Hace unos años eran la mayoría personas mayores de
sesenta años. Ahora viene mucha gente joven y niños. Esto es debido
a que ya desde que uno nace se hacen pruebas para detectar si hay
problemas de audición.
-¿Cómo puede uno percatarse de que
empieza a oír mal?
-Generalmente en una conversación oyen,
pero no entienden lo que se habla, sólo un murmullo. Otro ejemplo es
cuando le tienen que advertir que la televisión está demasiado
alta.
-¿Se habla demasiado alto hoy día?
-Sí, y gente
que va con la música alta en el coche o que trabajan en lugares
ruidosos sin cascos pueden acabar con sordera.
-¿Qué avances
hay en los audífonos?
-En las prótesis ya no es cuestión de
subir o bajar el volumen sino que el audífono amortigua los ruidos
molestos. Los hay digitales adaptados totalmente a las necesidades
del paciente y que separan la voz del ruido. También los hay que van
implantados en la varilla de las gafas por
discreción.
-¿Cuánto vale un audífono?
-Entre 500 y
3.000 euros.