¿Se puede prescindir del sueño?.
Obviamente no. De hecho los sujetos que no duermen padecen
alucinaciones, se incrementa la agresividad y se puede llegar a
morir y cuando los científicos son interrogados sobre el rol del
sueño, las teorías sobre el particular convergen en una especie de
considerarlo como un”tiempo de regeneración celular”.
Todas
las especies duermen, aunque lo hacen consumiendo tiempos y estados
de conciencia distintos.
El medio en el que se desenvuelve
el sujeto condiciona el tipo de sueño, tal es el caso de los
mamíferos que viven en el medio acuático cuya función respiratoria
no es voluntaria y en consecuencia deben mantener una parte de su
cerebro despierta o el caso del murcielago que duerme las 2/3 partes
del tiempo.
La reparación o el descanso que se suele obtener
con el sueño es un hecho demostrable aunque los expertos mantienen
diferentes hipótesis sobre el estado en el que el cerebro humano
permanece durante ese periodo que no es, por cierto, lineal en su
comportamiento ya que el propio cuerpo manifiesta en ciclos
relativamente cortos respuestas que van desde la disminución del
ritmo cardiaco,la frecuencia, hasta la mayor actividad en el periodo
llamado REM (rapid, eye movement) en el que los ojos se mueven
rápida , frecuente y vigorosamente.
En la llamada fase REM
es cuando “los sueños” toman forma y se produce una desconexión
entre neuronas y resto del cuerpo de suerte que es sólo en el nivel
cerebral donde se dan las circunstancias, los hechos, la tragedia o
la alegría enmarcados en ese contexto estrictamente cerebral, es el
mundo de las ensoñaciones.
Un circuito que recorren unas
neuronas situadas en la corteza cerebral en un viaje que lleva la
sensación y la percepción hacia la zona frontal del cerebro, un
viaje del que apenas recordamos algo o que no recordamos en
absoluto, salvo que el sujeto sea despertado en el crítico momento
REM .
Los especialistas que estudian este fenómeno del sueño
se decantan por suponer que es en esta fase donde las neuronas se
forman y/o se reparan; otros expertos suponen que es un espacio de
tiempo, el del sueño REM, en el que se consolida lo que uno ha
aprendido en estado de vigilia.
¿Por qué los bebés en
general duermen el 50 % de su tiempo frente al 15 ó 20 % de los más
viejos?.
Ese estado de sueño puede utilizarlo el cerebro
para aprender,. Para recibir estímulos que lo van formando y así
recibir y consolidar los datos que luego utilizará, por ello muchos
padres optan por hacer oír al niño música, hablarles en sueños etc.
Dado que no todo ser humano duerme lo mismo y el mismo
tiempo cabe señalar que existe un 30 % de individuos que sufren
alteraciones del mismo.
Esos trastornos son evaluados,
medidos, observados por las llamadas Unidades del Sueño
modernamente; sin embargo fue en torno a 1930 cuando se descubrió el
llamado “síndrome de apnea del sueño” y el de “las piernas
inquietas”.
Los trastornos que afectan al movimiento o a la
respiración pueden tener su causa en enfermedades de tipo pulmonar,
en el asma, en la obesidad, en la epilepsia, en el alcoholismo, en
trastornos de ansiedad, depresión.
No sólo el sueño se puede
alterar por la relación mencionada antes sino que factores exógenos
como la altura del lugar donde uno vive, el ruido, la luz excesiva,
las comidas abundantes o bebidas cerca del periodo nocturno -
habitual para el ciclo vigilia-sueño - el ambiente laboral y sus
horarios todo ello puede, sin duda, contribuir a alterar el sueño y
la perdida de su capacidad reparadora.
Entre los problemas
más comunes detectados en las Unidades del Sueño cabe destacar que
se acude cuando el insomnio - que lo padece más del 35 % de la
población adulta- o la hipersomnia ( cuando el sujeto se queda
dormido durante el día) o la Apnea Obstructiva del Sueño han tomado
“cuerpo” en el individuo y se muestran resistentes, constantes y
recalcitrantes impidiendo el descanso.
Por otra parte
existen durante el transcurso del sueño problemas que se pueden
definir dentro del marco de trastornos como es el caso de las
pesadillas, el rechinar de dientes, el sonambulismo y los terrores
nocturnos.
Los neurólogos pueden ayudar a resolver estas
situaciones.
Cada uno de los lectores puede tener un ritmo
“circadiano” diferente y ello si se convive en familia puede
producir cierta desestabilización en el ritmo general por lo que se
recomienda el respeto de uno con los otros y viceversa.
Los
partidarios de la siesta mantiene la teoría de entenderla como
absolutamente imprescindible- una siesta de corta duración tras el
almuerzo, que concentra toda la atención circulatoria en el área
digestiva- para la reparación de las fuerzas consumidas en la
jornada matutina y sin embargo otros individuos no la recomiendan
por entenderla peligrosa para la continuidad del proceso productivo.
Es sin duda una cuestión de cultura y de adaptación de los
horarios laborales; cultura en relación con el tiempo dedicado a la
comida y a los componentes sólidos y líquidos de esa comida y con
horarios que permitan la compaginación de la vida social con la vida
laboral.
Hallar ese equilibrio no es siempre fácil y en el
seno de las familias pueden darse casos de diferentes horarios lo
que puede generar tensiones a la hora de afrontar el descanso.
El “clan” familiar y el propio individuo deben armonizar sus
tiempos , sus estados físicos, sus normas de alimentación y
desarrollar una higiene del sueño en busca del equilibrio con el
llamado “reloj biológico” personal.
carlos pajuelo de arcos