LA ASOCIACIÓN REVISARÁ LAS LICENCIAS DE TODOS LOS
ESTABLECIMIENTOS DE LA ZONA. TRES YA HAN SIDO CERRADOS
Más de 400 familias se unen contra el ruido en los
locales de copas de Areal
J.
Pastoriza / VIGO
Los vecinos de Areal, un tramo de Rosalía de Castro, Pontevedra e
Inés Pérez de Ceta, todos residentes en la zona de la movida
nocturna, han decidido aliarse para combatir el exceso de ruido en
los locales de copas. Miembros de una docena de comunidades de
propietarios, que representan a más de 400 familias, han creado la
Asociación Viguesa contra el Ruido (Avcor) para reclamar su derecho
al descanso. El colectivo, -que ya ha entablado contactos para
integrar a afectados de otras zonas de copas como Churruca, Teófilo
Llorente y la Praza da Miñoca-, denuncia la ineficacia de los
controles sonométricos realizados por la Policía Local y la
"pasividad" de la Administración ante el incumplimiento de los
horarios de cierre. Además, reclama que todo el ámbito de Areal se
declare Zona Acústicamente Saturada para evitar que se abran más
pubs y discotecas.
La entidad ha empezado a revisar los expedientes de 17
establecimientos ubicados en su entorno. De momento dos de ellos han
sido precintados, y a un tercero se le ha enviado una orden de
cierre, en todos los casos por carecer de licencia de actividad.
Los afectados muestran escasa confianza en los controles
policiales. "Muchas veces, cuando les llamamos, no nos hacen caso, y
cuando vienen, las pruebas no dan resultado positivo porque los
porteros de los locales, alertados al ver las patrullas, bajan
rápidamente el volumen", explica Javier Quintana, presidente de
Avcor, quien afirma que "en algunos casos los responsables de los
locales están avisados de antemano de la llegada de la Policía".
Otras veces, critican, aunque se constata exceso de ruido "los
agentes dicen que no pueden detectar la fuente emisora, al estar
cercanos varios locales", agrega Quintana. La asociación apunta que
en otros ayuntamientos existen ordenanzas que obligan a establecer
una separación mínima entre dos locales de copas. Ante esta
situación, la opción es acudir a una empresa homologada para
realizar pruebas sonométricas, pero la tarifa ronda los 1.000 euros
por control.
Por lo que respecta al incumplimiento de horarios, los vecinos
critican la "pasividad" de la Xunta y los complejos trámites que es
preciso realizar para obtener el informe policial y presentar
denuncia. "El Ayuntamiento incluso nos cobra 8,10 euros por la copia
del informe", protestan.
"Hay vecinos sometidos a tratamiento
médico"
El estrés que provocan los ruidos procedentes de los
locales y la calle está causando trastornos de salud a los
vecinos de Areal y su entorno, según denuncian. "Hay personas
sometidas a tratamiento y familias que se tienen que marchar
los fines de semana porque no pueden dormir", indica Jacobo
Izquierdo, miembro de Avcor.
A los ruidos se unen las "constantes peleas" en la calle,
el vandalismo y el estado de suciedad en que queda toda la
zona, "con vasos rotos, vómitos y meados", señala Marta
Cervino. Entre los actos vandálicos citan la rotura de
cristales, pintadas e incluso manipulación de los contadores
de gas. "Uno de los edificios se quedó sin agua caliente ni
calefacción un día entero", resalta Quintana.
Zona de ocio
La entidad cree incompatible la convivencia entre los
residentes y la movida y piden que en el Plan General se
reserve una zona de ocio alejada de las viviendas, "como
ocurre en Barcelona o Lisboa",
apostillan. |
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