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Miércoles, 16 de febrero de 2005 Índice VIGO

 

LA ASOCIACIÓN REVISARÁ LAS LICENCIAS DE TODOS LOS ESTABLECIMIENTOS DE LA ZONA. TRES YA HAN SIDO CERRADOS

Más de 400 familias se unen contra el ruido en los locales de copas de Areal

J. Pastoriza / VIGO

Los vecinos de Areal, un tramo de Rosalía de Castro, Pontevedra e Inés Pérez de Ceta, todos residentes en la zona de la movida nocturna, han decidido aliarse para combatir el exceso de ruido en los locales de copas. Miembros de una docena de comunidades de propietarios, que representan a más de 400 familias, han creado la Asociación Viguesa contra el Ruido (Avcor) para reclamar su derecho al descanso. El colectivo, -que ya ha entablado contactos para integrar a afectados de otras zonas de copas como Churruca, Teófilo Llorente y la Praza da Miñoca-, denuncia la ineficacia de los controles sonométricos realizados por la Policía Local y la "pasividad" de la Administración ante el incumplimiento de los horarios de cierre. Además, reclama que todo el ámbito de Areal se declare Zona Acústicamente Saturada para evitar que se abran más pubs y discotecas.

La entidad ha empezado a revisar los expedientes de 17 establecimientos ubicados en su entorno. De momento dos de ellos han sido precintados, y a un tercero se le ha enviado una orden de cierre, en todos los casos por carecer de licencia de actividad.

Los afectados muestran escasa confianza en los controles policiales. "Muchas veces, cuando les llamamos, no nos hacen caso, y cuando vienen, las pruebas no dan resultado positivo porque los porteros de los locales, alertados al ver las patrullas, bajan rápidamente el volumen", explica Javier Quintana, presidente de Avcor, quien afirma que "en algunos casos los responsables de los locales están avisados de antemano de la llegada de la Policía". Otras veces, critican, aunque se constata exceso de ruido "los agentes dicen que no pueden detectar la fuente emisora, al estar cercanos varios locales", agrega Quintana. La asociación apunta que en otros ayuntamientos existen ordenanzas que obligan a establecer una separación mínima entre dos locales de copas. Ante esta situación, la opción es acudir a una empresa homologada para realizar pruebas sonométricas, pero la tarifa ronda los 1.000 euros por control.

Por lo que respecta al incumplimiento de horarios, los vecinos critican la "pasividad" de la Xunta y los complejos trámites que es preciso realizar para obtener el informe policial y presentar denuncia. "El Ayuntamiento incluso nos cobra 8,10 euros por la copia del informe", protestan.

"Hay vecinos sometidos a tratamiento médico"

El estrés que provocan los ruidos procedentes de los locales y la calle está causando trastornos de salud a los vecinos de Areal y su entorno, según denuncian. "Hay personas sometidas a tratamiento y familias que se tienen que marchar los fines de semana porque no pueden dormir", indica Jacobo Izquierdo, miembro de Avcor.

A los ruidos se unen las "constantes peleas" en la calle, el vandalismo y el estado de suciedad en que queda toda la zona, "con vasos rotos, vómitos y meados", señala Marta Cervino. Entre los actos vandálicos citan la rotura de cristales, pintadas e incluso manipulación de los contadores de gas. "Uno de los edificios se quedó sin agua caliente ni calefacción un día entero", resalta Quintana.

Zona de ocio

La entidad cree incompatible la convivencia entre los residentes y la movida y piden que en el Plan General se reserve una zona de ocio alejada de las viviendas, "como ocurre en Barcelona o Lisboa", apostillan.

 

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