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Lunes, 15 de noviembre de 2004

MADRID
EDICIÓN IMPRESA - Madrid
Un bebé recordará a los madrileños la necesidad de ser menos ruidosos en una nueva campaña municipal
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MADRID. «Madrid no es ruidosa; lo son sus ciudadanos». Esta curiosa teoría es la base argumental de una nueva campaña de concienciación ciudadana contra el ruido que hoy inicia el Ayuntamiento de Madrid. En ella, un bebé que sufre esos malos hábitos de vecinos y visitantes intenta amortiguar las molestias colocándose el chupete en la oreja.

La campaña incluirá cuñas de radio, «spots» de televisión y anuncios en prensa escrita. Se dividirá en cuatro oleadas. Comenzará hoy mismo y continuará en dos periodos del próximo año, para finalizar en el primer trimestre de 2006. Su coste será de 1.057.000 euros.

Los responsables de Medio Ambiente del Ayuntamiento madrileño han elegido para esta campaña el lema «Madrid necesita descansar». Su objetivo es sensibilizar a los madrileños frente a la contaminación acústica que se da en la ciudad.

El Libro Blanco sobre el ruido, realizado en el anterior mandato municipal, señalaba que gran parte de la capital se encontraba sumida en niveles de ruido superiores a los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los actuales gobernantes locales han aprobado recientemente una nueva ordenanza contra el ruido, en la que se incrementan sensiblemente las multas -que llegan hasta los 300.000 euros en los casos más graves y donde haya reincidencia-.

La campaña argumenta que «Madrid no es ruidosa, lo son sus ciudadanos, así como los que nos visitan por trabajo, ocio, compras....». De ahí que intente concienciar a los residentes para mantener buenos hábitos acústicos, ya que éstos son «las mejores armas para evitar» el exceso de ruido.

¿Y cuáles son esos hábitos? Entre ellos cuenta «no utilizar la bocina del coche» -multado, por otra parte, en la nueva ordenanza con hasta 600 euros-, «respetar el horario de descanso de los demás, no utilizar equipos audiovisuales a alto volumen» y otros por el estilo que «contribuyen a disminuir la contaminación acústica y a mejorar la calidad de vida de todos los madrileños».

La campaña que ahora empieza tiene como protagonista un bebé, el madrileño más sensible a la contaminación acústica y el más indefenso contra ella.