Maniobras militares, actividad
pesquera, industrial, turismo... el ruido en el mar procede de
numerosas fuentes y perturba a todas las criaturas marinas, en
especial a los cetáceos. Los 16 países firmantes del acuerdo
Accobams para la protección de estas especies, ribereños todos del
Mediterráneo, Mar Negro y de la zona atlántica contigua, acordaron
esta semana elaborar un catálogo de cuáles son las actividades que
generan contaminación acústica en el mar, una especie de 'huella
sónica', con una serie de directrices para mitigar este fenómeno.
«Es un problema importante», reconoce Borja Heredia, biólogo de la
Dirección General para la Biodiversidad del Ministerio de Medio
Ambiente, y miembro de la delegación oficial española. Tan
importante que ha capitalizado buena parte de los debates del
segundo encuentro de las partes firmantes del tratado Accobams,
celebrado esta semana en Palma de Mallorca.
Junto a las
delegaciones oficiales, científicos expertos y organizaciones
ecologistas, casi un centenar, recordaron las altas tasas de
mortalidad que ocasiona la contaminación acústica entre cetáceos
como delfines y zifios. En el encuentro, representantes de las ong,s
se felicitaron por ello del reciente anuncio del Ministerio de
Defensa de una moratoria en las maniobras militares con sónar activo
de media y baja frecuencia en aguas de Canarias, relacionadas con la
muerte de un centenar de cetáceos en los últimos años.
Los
tres días de ponencias se cerraron con el compromiso de crear una
red de áreas de conservación de cetáceos en todo el litoral
mediterráneo y las regiones marítimas adyacentes. En la actualidad
existe un santuario ballenero en el Mar de Liguria, entre Italia,
Francia y Mónaco, y España tiene algunas zonas delimitadas como
'estratégicas' para el delfín mular dentro de la Red Natura 2000 de
la UE. El acuerdo, pendiente de definición, fijará en el futuro
directrices de manejo para estas zonas, «límites a lo que se puede
hacer y lo que no». Incluirá medidas de control pesquero para evitar
las capturas accidentales de cetáceos.
Las delegaciones
aprobaron también la elaboración de un plan específico de
conservación para el delfín común, una de las tres especies de
delfines europeos junto al mular o 'nariz de botella' (el
carácteristico 'flipper'), y el listado. De ser el de mayor
presencia en Europea, el delfín común ha pasado a engrosar la lista
roja de especies amenazadas.