Se le acusa de querer resolver los
problemas vecinales a hachazo limpio. El propio procesado, que sufre
un estado paranoide involutivo, lo reconoció al entregarse en la
Comisaría de la zona Norte el pasado 13 de abril del 2004. Según el
fiscal, ese día asaltó al inquilino de arriba cuando éste se
disponía a bajar la basura y «empezó a golpearle con la idea de
matarle» con el arma blanca.
El Ministerio Público pide para
el procesado, S.S.G., cuatro años de prisión que pueden ser
sustituidos por una pena de cuatro años de internamiento en un
centro de tratamiento psiquiátrico. Como atenuantes se considera el
arrepentimiento espontáneo del acusado y la disminución de su
capacidad volitiva y cognitiva.
Según la previsión
provisional, el procesado estaba convencido de que el vecino de
arriba ponía la televisión alta y movía los muebles adrede para
molestarle y que había instalado sensores para detectar en qué
habitación se encontraba en cada momento.