Las denuncias elevadas ante el Síndic
de Greuges referentes a la contaminación acústica provocada por los
efectos del botellón y por las zonas de ocio se han reducido en un
30,4% en los últimos cuatro años, según la Confederación de
Empresarios de Hostelería y Turismo de la Comunidad
Valenciana.
Un representante de esta entidad empresarial y
otro de la ONG Controla Club mantuvieron ayer una reunión con el
síndic, Bernardo del Rosal, para realizar un «análisis conjunto del
informe y que sirva de herramienta para profundizar en el debate
social sobre el impacto del ocio».
Según el informe del
síndic, el número de quejas por este motivo han pasado de 112 en el
año 2000 a 78 en el pasado ejercicio, lo que supone un 7% del total
de las denuncias que se elevaron.
A lo largo de la reunión,
Del Rosal y los representantes hosteleros coincidieron en afirmar
que la regulación del ocio es «una de las asignaturas pendientes de
la sociedad española y que debe de contar con un mayor compromiso
por parte de las distintas administraciones, así como que hace falta
una mayor dotación presupuestaria para afrontar los problemas que se
derivan del ocio», según las mismas fuentes.
Por eso, los
empresarios hosteleros han presentado a Bernardo del Rosal todas las
actuaciones e iniciativas que se han realizado durante los últimos
años en materia de reducción del consumo del alcohol, así como de
reducción de ruido y molestias vecinales.