La Comunidad Valenciana soporta los
índices de contaminación acústica más altos del país y ese mismo
ranking lo lidera la ciudad de Alicante junto con la de Valencia.
Por si faltaba algo, la capital alicantina también está a la cabeza
en porcentaje de malos olores provocados por las industrias y el
tráfico, en exceso de suciedad o falta de limpieza en las calles y
escasez de zonas verdes. ¿Alguien da más?
Vamos por pasos.
El Mapa de Ruidos elaborado por el Instituto Nacional de Estadística
lo dice bien a las claras: es casi insoportable, en comparación con
lo que sucede en el resto del país, el alto nivel de contaminación
acústica (vulgo ruidos) que se registra en las tres provincias de la
Comunidad Valenciana, bastante por encima de la media nacional. Y,
abundando en esa situación, la sorpresa surge al comprobar que una
de las ciudades españolas con mayor tirón turístico es, al tiempo,
la segunda de más ruidos de su ya ruidosa región y, por ende, del
territorio nacional.
Buceando en el maremágnum de datos
cotejados por el INE descubrimos que la media de contaminación
acústica del conjunto de la Comunidad Valenciana es del 37%,
mientras que el índice que soporta la ciudad de Alicante alcanza el
44,5%, lo que viene a significar que casi 45 de cada cien inmuebles
sufre niveles altos de ruido. Como a todo hay quien gane, la ciudad
de Valencia está cuatro puntos por encima de Alicante en este nada
envidiable escalafón urbano, elaborado sobre el censo de inmuebles
del año 2001. Por provincias, es Valencia (junto con Ceuta y
Melilla) la que soporta un nivel más elevado de problemas
relacionados con los ruidos en particular y con la contaminación
ambiental en general, con un porcentaje de hogares afectados por el
ruido externo que supera ampliamente la media nacional del
30%.
Factores
El tráfico, las zonas con
locales de ocio y la falta de mecanismos de aislamiento acústico en
los edificios son algunos de los factores que colocan a los
inmuebles alicantinos entre los que más ruidos sufren de todos los
de la Comunidad (excepción de los ubicados en la capital del Turia)
y también del resto del país: hasta más de catorce puntos por encima
de la media nacional.
Contra lo que pudiera parecer a simple
vista, la contaminación acústica alicantina está a notable
distancia, por encima, de la que se registra en las dos grandes
ciudades españolas: Madrid ofrece un índice del 36% y Barcelona del
33, muy lejos del 45 que marca Alicante capital.
Para que la
desdicha de los ciudadanos alicantinos no quede incompleta, Alicante
sufre aún otra grave dolencia urbana, pues la contaminación acústica
no es el único parámetro usado por el INE para elaborar su Mapa de
Ruidos. Así, se indica que los malos olores provocados por las
industrias y por la circulación rodada afectan a 26 de cada cien
viviendas alicantinas, lo que las sitúa nada menos que a siete
puntos por encima de lo que padece la media de viviendas en el
conjunto del territorio nacional. En la Comunidad, sólo Castellón se
sitúa por debajo (casi tres puntos menos) ya que Valencia la supera
en diez puntos.
Más
verde
Por si faltaba algo para terminar de perfilar en
negro el nada agradable panorama alicantino ya descrito, el INE
descubre que casi la mitad (cuarenta de cada cien, para ser exactos)
de los hogares ubicados en la ciudad de Alicante apuntan como un
problema pendiente de resolver la suciedad manifiesta o falta de
limpieza de las calles. Además, los usuarios de 48 de cada cien
viviendas se quejan de que tampoco hay suficientes zonas
verdes.
A modo de resumen, el balance sería: las viviendas de
Alicante tienen índices muy superiores a la media nacional (de 8 a
15 puntos más, según el problema estudiado) en ruidos externos,
contaminación o existencia de malos olores provocados por las
industrias o por el tráfico, poca limpieza en las calles, y en una
clara escasez de espacios ajardinados o zonas
verdes.