MADRID. Contrariamente a lo que
pueda pensarse, un arrecife de coral es un lugar extremadamente
ruidoso. El ruido de pinzas de cangrejos y de mandíbulas de peces y
otros sonidos que éstos emiten puede ser escuchado a kilómetros de
distancia. De acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista
«Science», los juveniles que flotan en el mar durante su fase
larvaria se sirven de este clamor para encontrar el camino de vuelta
al arrecife. Estas larvas pueden recorrer grandes distancias cuando
salen del huevo, y lo que han hecho los investigadores es comprobar
cómo el ruido puede ayudarles a encontrar el camino de vuelta a
casa.
Al parecer, este ruido, algo que para los seres humanos
es muchas veces molesto, atrae a los peces, señalan Stephen Simpson,
de la Universidad de Edimburgo. El ruido de pinzas de cangrejos y de
mandíbulas de peces. atrajo a peces cardenales y otros habitantes de
los arrecifes hacia megáfonos, que fueron colocados por los
investigadores encabezados en arrecifes artificiales cerca de la
Gran Barrera de Corales de Australia. Simpson espera que los datos
recopilados con su estudio puedan ser utilizados para la
recolonización de arrecifes destruidos.
Megáfonos
submarinos
Los expertos construyeron 24 pequeños arrecifes a
partir de restos de corales. La mitad fue equipada con megáfonos
submarinos a través de los que emitían los típicos ruidos de los
arrecifes. Mientras que en los alrededores de los corales
«silenciosos» casi no se hallaron habitantes del mar, pasado un
tiempo se agruparon cerca de los megáfonos peces cardenales y
damisela, dos representantes de dos familias de peces
diferentes.
En un segundo experimento, los científicos
volvieron a dividir los arrecifes artificiales e investigaron si los
peces preferían ruidos de baja o alta frecuencia. Mientras que los
peces cardenales reaccionaban igual ante una frecuencia alta o baja,
los peces damisela preferían los ruidos de alta frecuencia.
Solamente la familia Apogonidae, a la que pertenecen los peces
cardenales, constituye un cuarto de todos los habitantes de los
arrecifes coralinos. La familia Pomacentridae, en la que se incluyen
los peces damisela, representa alrededor de la mitad de la totalidad
de la biomasa de los peces en el mundo.