El rectorado de la URV pide
medidas para paliar el ruido de las obras del parking SARA
SANS - 11/03/2004 TARRAGONA Con las ventanas cerradas, la
medición del ruido en el interior del edificio del rectorado de la Universitat
Rovira i Virgili (URV) alcanza los 70 decibelios, casi el doble de los 40 permitidos.
Y en el exterior del rectorado, el valor registrado por los técnicos municipales
de Medi Ambient durante las obras de construcción del aparcamiento Jaume I es
de 89,3 decibelios, muy por encima de los 65 permitidos por la ordenanza municipal.
Por todo ello, ayer los trabajadores del rectorado entregaron 139 firmas ante
el Ayuntamiento. Piden medidas que reduzcan el “ruido insoportable” y que el consistorio
se comprometa a fijar una fecha de finalización de las perforaciones.
“El
presidente de la Empresa Municipal d'Aparcaments dijo primero que las obras acabarían
el 31 de diciembre, luego que sería el 29 de febrero y todavía no se han acabado”,
lamentaba ayer una portavoz de los trabajadores del rectorado, Patricia Olivé.
Sin embargo, el presidente de la Empresa Municipal d'Aparcaments, Xavier Magrinyà,
se mostró ayer sorprendido dado “el avanzado estado de las obras”.
Magrinyà
insistió que “sólo falta acabar algunos repiés y hacer las zapatas de las columnas
que soportarán la estructura del aparcamiento”, con lo que “la mayoría de las
máquinas marcharán durante los próximos días”. Según Magrinyà, la empresa Hispano
Suiza de Perfiles, SA, que asumió las obras después que el consistorio rescindiera
el contrato con Balvitrans, SL “empezó a excavar el 13 de enero y su compromiso
es que finalicen el 13 de marzo, durante esta semana”.
Ayer, los trabajadores
de la URV entregaron al registro general del Ayuntamiento la queja formal contra
los ruidos que acompañaron con 139 firmas –un centenar de ellas de empleados del
rectorado y el resto de vecinos de la zona– y un estudio medioambiental que certifica
que los trabajos de excavación del aparcamiento emiten sonidos superiores a los
que fija la normativa vigente. La representante de los trabajadores aseguró que
“el alcalde no ha atendido en ningún momento nuestras peticiones y ni tan sólo
nos ha recibido y es curioso que se preocupe tanto por que los ciudadanos recojan
los excrementos de los perros y, en cambio, acepta que se incumpla la ley en cuanto
a ruidos”. Por eso ayer también solicitaron una entrevista con el alcalde.
Olivé
insistió en que los trabajadores del rectorado llevan más de un año trabajando
en estas condiciones y que incluso se han visto obligados, en muchos casos a trabajar
con auriculares, “la situación es insoportable”. En la misma queja, los empleados
adjuntan varias propuestas para paliar el ruido que califican de “insoportable”,
como la utilización de maquinaria más silenciosa, o la reducción, en la medida
de lo posible, del horario de los trabajos de perforación. |