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COSTA Campanadas para no
dormir Vecinos próximos a la iglesia
de Cunit piden retrasar el inicio de toque de horas para poder
dormir. El Ayuntamiento, sin embargo, se niega a retrasarlo más allá
de las ocho de la mañana José
M. Baselga | baselga@diaridetarragona.com
Entre los cuartos, las medias y las
horas, poco pueden descansar los clientes del Hostal La Diligencia
de Cunit. Su propietario, Renato García, lleva años reclamando que
se retrase la hora de inicio del toque desde el campanario, que está
a pocos metros del hostal. Hace un año ya se retrasó de las seis de
la mañana a las ocho. Sin embargo, Renato considera que «una buena
hora para no molestar sería que empezasen a las diez de la mañana».
El Ayuntamiento dice que el inicio de los toques no se va a
retrasar, «porque donde hay campanarios, suenan campanas y nadie se
queja», según la propia alcaldesa, Dolors Carreras.
En
1997 el Ayuntamiento de Cunit adquirió un nuevo dispositivo, «como
el de Reus», para el reloj del campanario, con sus cuartos, sus
horas y su toque de Angelus a las doce del mediodía. Además, el
nuevo sistema prácticamente no se retrasa y cada quince minutos
suenan campanas. Años atrás, el sistema funcionaba todo el día, pero
ante las quejas de los vecinos se determinó que pararía entre las
doce de la noche y las seis de la mañana.
«Los clientes se
quejaban porque no podían dormir; en verano vienen a descansar y no
había manera», señala Renato, que ya presentó sus quejas. Desde el
Ayuntamiento se consideró retrasar el horario para empezar los
toques y se puso a las ocho. Sin embargo, desde La Diligencia y
vecinos que residen frente a la iglesia se considera que «en verano
es muy pronto», por lo que reclaman un nuevo retraso.
El
Consistorio ya ha dicho, sin embargo, que no habrá más retrasos y
que las ocho de la mañana es una buena hora para «levantarse». «En
cualquier sitio que hay un campanario suenan las campanas y nadie se
queja», dice la alcaldesa Dolors Carreras, que insiste en que no
habrá más retrasos. «El pasado año ya se tuvo en cuenta, pero las
campanas deben sonar». Por su parte, el párroco Joaquim Fortuny
evitó hacer declaraciones, «ya que el reloj de la iglesia lo
controla el Ayuntamiento y es él quien decide cuando suenan las
campanas».
Vecinos de la zona, como Raquel, que ayer tomaba
el sol en el ático de su casa frente al campanario, dice que «en
verano las ocho de la mañana es un poco pronto, ya que la gente
quiere descansar. Pero el resto del año van bien. Entiendo que hayan
quejas porque hay muchas casas cerca».
Renato García asegura
que «por culpa de las campanas he perdido muchos clientes. El primer
día me piden otra habitación, pero al siguiente se van porque las
campanas suenas desde muy temprano muy fuerte». Además, la temporada
ha comenzado ruidosa para el establecimiento. Y es que el
Ayuntamiento ha empezado a abrir una zanja junto al local para
suministrar agua a una nueva vivienda «sin avisar» . El ente local
dice que esas obras acabarán en los próximos días, «pero seguirán
las campanas».
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