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Lunes, 10 de mayo de 2004

SOCIEDAD
EDICIÓN IMPRESA - Medio Ambiente
Las orcas modifican sus llamadas para comunicarse a causa del tráfico marítimo
Un estudio sugiere que existe un umbral crítico de ruido de fondo por encima del cual las ballenas actúan para contrarrestar el estruendo continuo
El turismo de avistamiento es una amenaza más para los cetáceos. FRED FELLEMAN
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MADRID. No sólo la contaminación química de los océanos, sino también la acústica, está llevando a los cetáceos al límite de su resistencia. Y es que ya no quedan casi mares silenciosos. El tráfico marítimo de grandes barcos o las exploraciones subacuáticas en las que se utilizan aparatos de ultrasonidos para detectar bolsas de gas o de petróleo provocan bajo la superficie del mar un ruido continuo en todas las frecuencias. Además, en los últimos años se ha puesto de moda el turismo de avistamiento de cetáceos que, si no se hace bajo control, puede acarrear serios efectos en la vida de estos animales, pues el oído es un sentido vital para los cetáceos y la contaminación acústica reduce su capacidad para comunicarse. Para superar esta barrera, investigadores británicos y estadounidenses han descubierto que las orcas están extendiendo la duración de las ondas con las que se comunican, según detallan en «Nature».

Los mamíferos estudiados habitan cerca de la costa del estado de Washington (Estados Unidos), un área que en la última década ha visto crecer sustancialmente el tráfico marítimo. El equipo de investigadores comparó grabaciones de orcas hechas en los periodos 1977-81, 1989-92 y 2001-03, tanto en presencia como en ausencia de botes de turistas. Aunque en los dos primeros periodos no encontraron diferencias importantes, en el último detectaron que la duración de las ondas emitidas por las orcas aumentó entre un 10 y un 15 por ciento en presencia de barcos en esta zona.

22 barcos las siguen cada día

Teniendo en cuenta que los barcos para avistamiento de cetáceos en esta zona se multiplicaron por cinco durante los años 90 -en la actualidad, las orcas son seguidas cada día por una media de 22 barcos-, esto sugiere que existe un umbral crítico de ruido de fondo por encima del cual las ballenas actúan para contrarrestar el estruendo continuo, dicen los investigadores. Según los científicos, si el exceso de ruido continúa podría afectar la capacidad de las ballenas asesinas para alimentarse. «Estos animales se llaman en parte para mantenerse comunicados, pero también para coordinar la búsqueda de alimentos», indicó Andrew Foote, uno de los autores del estudio. Lo demuestra el hecho de que desde el año 1996 en esta área se ha producido un declive en la población de ballenas asesinas.