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 | Trabajos y vías del
tren de alta velocidad cerca de Almodóvar del Río. Foto:MARIA MOYA |
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El juzgado de Instrucción número uno de Posadas sigue una querella presentada
por una vecina de Almodóvar del Río contra el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias
(GIF), organismo que concede la licencia para la utilización del tren de alta
velocidad, por superar los niveles de ruido. La demandante reside en una
vivienda cercana a la vía del ferrocarril en la periferia del pueblo y puso en
conocimiento de los responsables del GIF las molestias que le están causando a
su familia el ruido y las vibraciones de los trenes de cercanías, mercancías y
AVE, que transitan por las vías en distancias que van de los seis a los 15 metros
de su casa. Además, llevan meses sufriendo las obras del paso elevado del tren
de alta velocidad que acerca aún más los raíles a su vivienda. Después
de acudir varias veces al Ayuntamiento de Almodóvar para exponer su caso y obtener
la respuesta de que el Consistorio nada podía hacer, la mujer se decidió por presentar
una querella por un presunto delito contra el medio ambiente en la modalidad de
contaminación acústica. Así, encomendó un estudio a una empresa especializada,
del que se desprende que los ruidos producidos por las obras del AVE se realizan
por periodos superiores a 7 u 8 horas diarias. Además, el ruido provocado por
el tren de alta velocidad a la altura de la vivienda se da en un espacio de tiempo
relativamente corto --de 13 a 15 segundos-- pero con una frecuencia de unos 30
minutos entre paso y paso y llegando a unos niveles de 80 decibelios, cifra muy
superior a los 35 que marca la ley. La familia, compuesta por un matrimonio
y dos hijos de corta edad, se ha sometido a una evaluación psicológica sobre la
repercusión de los ruidos y vibraciones. A causa de estas alteraciones, la mujer
padece alopecia, y los pequeños tienen dificultades para dormir, extremos éstos
avalados por el forense. También la Policía Científica ha elaborado un
informe sobre el nivel de ruido y vibraciones, que coincide con el anterior. Además,
grabaron un vídeo sobre los efectos del paso de los trenes en el interior de la
vivienda en el que se observan movimientos de muebles y objetos. La demandante
solicita que el GIF expropie su casa, en la que vive desde 1992, precisamente
cuando empezó a circular el AVE Madrid--Sevilla. En esa época, la frecuencia de
trenes era menor y pasaban a menos velocidad --alcanzan los 250 kilómetros por
hora en ese tramo cuando antes llegaban a los 160--, por lo que la vivienda y
sus habitantes no sufrían estos daños, a los que en estos momentos se suman las
molestias de las obras. |