Los expertos en acústica detectan deficiencias de aislamiento
en «viviendas de alto standing»
Propietarios de pisos en barrios nuevos como la Ciudad
de las Artes piden mediciones sonométricas a la UPV
Hortensia García, Valencia.
Las denuncias y quejas ciudadanas por el mal aislamiento de las
viviendas en Valencia van en aumento y no afectan sólo a edificios
antiguos. «Cada vez recibimos más llamadas de propietarios de
viviendas de alto standing en barrios de reciente construcción que
se quejan por el deficiente aislamiento de sus viviendas», según
advirtieron los responsables del Grupo de Acústica Arquitectónica de
la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Así, hay propietarios
de zonas como la Alameda y la Ciudad de las Artes que solicitan el
peritaje del laboratorio de la Politécnica porque «escuchan todo lo
que hace el vecino», aseguró la profesora de Ingeniería y
responsable del grupo de Acústica, Alicia Giménez.
Ruidos del ascensor, del aparato de música y la televisión, de
tacones, de tuberías y de conversaciones. La gama de ruidos en el
interior de las viviendas es amplia. El profesor de Ingeniería
Acústica Ambiental, Antonio Sanchis, explica que el problema reside
en que «las viviendas se están insonorizando hacia el exterior. El
climalit evita la entrada del ruido de los coches, del camión de la
basura, de la gente, pero no evita el ruido entre las viviendas.
«Se da la paradoja de que cuando vamos a medir los ruidos, las
viviendas cumplen la normativa, pero tu estás oyendo al vecino»,
aseguró Sanchis. Los especialistas consideran que las constructoras
deben actuar hacia el interior de las viviendas con materiales que
insonoricen como el poliespán.
El ingeniero y coordinador del Grupo de Acústica, Albert Martín,
recordó que Valencia es un ciudad muy ruidosa, aunque «hoy en día no
sabemos si es la más ruidosa, porque depende del método con el que
se mida».
El mapa del ruido que realizó la UPV en 1993 se elaboró en base
al denominado método de araña -se midieron casi 500 puntos de las
calles más ruidosas- y arrojó niveles de ruido muy elevados, incluso
de 90 decibelios, cuando la OMS recomienda no sobrepasar los 65 Db.
El Ayuntamiento de Valencia utiliza el sistema de cuadrícula, que
consiste en dividir la ciudad en retículas y colocar un sonómetro en
cada una
Los niveles de ruido que registra el ayuntamiento, difieren a la
baja de los que registró el Grupo de Acústica. También es cierto que
el ayuntamiento no tiene más de cinco sonómetros en toda la ciudad,
lo cual es «insuficiente», según afirma Alicia Giménez
Para la obtención de datos fiables y significativos del alcance
de la contaminación acústica en Valencia es necesario reglamentar la
normativa valenciana del ruido. Según Giménez, «mientras no se
homologuen los criterios de medición y se determinen los parámetros
de estudio, difícilmente se podrá actuar en materia de contaminación
acústica». |