| elena
sevillano | 20 minutos |
Los vecinos del 212 de la calle Bolívia, en Poblenou,
aseguran con resignación que las visitas de la Guardia Urbana
son una más de sus rutinas diarias. Llevan siete meses
presentando denuncias en el Districte de Sant Martí y llamando
a la Policía Local día sí, día también con un único objetivo:
poder descansar. Desde mayo conviven, pared con pared, con los
ruidos que salen de un almacén reconvertido en 15 salas de
ensayo de grupos de música.
Las viviendas más afectadas son las tres que ocupan los
bajos. En una de ellas viven Tino y Neus con su hijo de un
año. Precisamente la habitación del bebé es en la que se nota
más el ruido y, en función del instrumento, hasta las
vibraciones.
A finales del mes pasado, el Districte de Sant Martí dictó
una orden de precinto y cese de actividad, pero los abogados
de la empresa de alquiler de locales, Tribeka 98, recurrieron.
Según fuentes del Districte, actualmente están en el trámite
de responder a sus alegaciones y resolver el caso.
Tino no entiende cómo es posible que el negocio siga
funcionando cuando las inspecciones han comprobado que no
cumple la normativa. El Districte confirmó punto por punto a
20 minutos lo que denuncian los vecinos: les
consta que el negocio no tiene licencia de actividad, que en
una inspección se detectaron más decibelios de los permitidos
y que el local no cumple algunas medidas de seguridad, como
las de incendios. ¿Por qué sigue abierto?, se preguntan los
vecinos. La respuesta del Districte: hay que seguir el proceso
legal. Pero ellos sólo saben que llevan más de seis meses sin
dormir de un tirón. |