Lleida - 14 de Marzo de 2004


Comarcas

Seis años durmiendo con el ruido y el polvo de Transalfals

Un grupo de 22 vecinos de Bellcaire d’Urgell lleva seis años denunciando en el Ayuntamiento de la localidad y en el Departament de Medi Ambient que las dos plantas de la cooperativa forrajera de segundo grado Transalfals & La Vispesa producen ruido y polvo, dos efectos que “no nos dejan dormir y ensucian nuestras casas”, afirman los afectados. Por ello, cansados de esperar a que se resuelva el problema, el colectivo está dispuesto a presentar una nueva demanda contenciosa-administrativa contra el Ayuntamiento o, si cabe, “iremos por la vía civil o penal contra la fábrica”.

Bellcaire d’Urgell - Brigitte Bobet

El origen de la historia se remonta al año 1999, cuando se produjo la ampliación de Transalfals y se construyó la segunda planta que tiene la cooperativa. Ambas fábricas están situadas a tan solo 100 y 600 metros respectivamente de diversas casas ubicadas en las calles Lleida y Nostra Senyora de les Sogues de Bellcaire, hecho que hace que “no podamos ni abrir las ventanas porque el ruido es insoportable”, explica J.O.P., uno de los afectados.
“Un vecino tuvo que cambiar los cristales de las ventanas e insonorizar toda su vivienda por este motivo”, afirma J.O.P. Además, las calles Lleida y les Sogues son las únicas vías de acceso a la fábrica –una de ellas fue asfaltada por la propia Transalfals– y los tractores circulan de madrugada durante la campaña de la alfalfa y “no nos dejan dormir”, añade.
Hace seis años, un grupo de 46 vecinos presentó el primer escrito de alegaciones en el Ayuntamiento y una denuncia en Medi Ambient, unos documentos en los que expresaban el malestar que les causaba el ruido y el polvo de la cooperativa, “un estruendo que oye todo el pueblo pero que nos afecta más a los que vivimos cerca de Transalfas”, afirma el colectivo.
El Departament de Medi Ambient resolvió en noviembre de 1999 que la actividad de la fábrica era “molesta y peligrosa”, por lo que dictaminó una orden de obligatorio cumplimiento en la que afirmaba que la cooperativa debía instalar un muro de contención o una línea verde de árboles para evitar el ruido. “Y ésto no se ha hecho”, dice una de las afectadas. El siguiente paso que hicieron los vecinos fue en octubre del pasado año, cuando solicitaron al consistorio de Bellcaire que llevara a cabo un informe técnico para cuantificar el zumbido que emite la cooperativa. El resultado fue que “el nivel de ruido delante de la fábrica es de 72,5 decibelios y sin tener en cuenta los componentes tonales e impulsivos” (dos factores que también se analizan y que supondrían un nivel superior al que concluye el estudio).
Transalfals también tiene su propio informe, hecho por la empresa Sergara, y determina que delante de la fábrica el nivel es de 40 decibelios, según explica el presidente de la cooperativa, Joan Inglada. La Ley establece un máximo de 60 decibelios y, de acuerdo con el estudio acústico del Ayuntamiento, el ruido de la fábrica es mayor (72,5). Asimismo, en el interior de una vivienda el máximo permitido es de 50 decibelios, “pero en mi casa estamos a 55,9”, dice una de las afectadas. “Por ello, tengo que dormir en una habitación apartada y en un colchón en el suelo”, afirma. Tras años de lucha para que la fábrica cumpliera con la orden de Medi Ambiente y que solventara el problema, el pasado febrero un total de 22 vecinos presentaron otro expediente en el Ayuntamiento. “El consistorio siempre ha mostrado su voluntad para solucionar esta situación pero ya no es suficiente contar con las buenas intenciones”, dice otra vecina. “Ahora, si no hacen nada, estamos dispuestos a ir por la vía civil o penal contra la fábrica”, afirma el colectivo.
Por su parte, el actual alcalde, Xavier Bergés, reconoce que “es un problema de hace años” y afirma que “Transalfals ya ha presentado un proyecto en el Ayuntamiento para silenciar los motores, algo que deben hacer antes de mayo. Para solucionar el polvo, tiene tiempo hasta octubre”.

“No queremos molestar y en 15 días estará solucionado”

El presidente de la cooperativa Transalfals, Joan Inglada, asegura que “nosotros no queremos molestar” y “antes de que se interponga una demanda judicial colocaremos silenciadores en los motores de la planta de cogeneración, que es la que realmente hace ruido y, además, es la que funciona 24 horas al día”.
Transalfals anunció esta semana una inversión de 30.000 euros para silenciar los motores de su fábrica, un proyecto que se incluye dentro de las medidas de la cooperativa para conseguir la normativa de calidad ISO 14000. “Debemos reconocer que por la noche todo se oye mucho más y con un muro de contención o una línea verde no solucionaríamos el problema”, dice Inglada. Por ello, el presidente de la cooperativa se compromete a silenciar la fábrica “en un plazo de 15 a 30 días”.