25 de febrer de 2004

¡Butanooo!

Quiero denunciar públicamente el sistema que utilizan para hacer saber a sus clientes y a todo el vecindario que ¡ya llegó el butano! Los empleados van por las calles golpeando las bombonas con una barra de hierro y a veces gritando: “¡Butanoooo!”, como si de un mercado se tratara. Y así todos los días. Como comprenderán, con semejante alboroto es fácil perder la concentración en el trabajo.

Lo más irritante es que la compañía responsable, con los elevados beneficios que obtiene anualmente, no sea capaz de encontrar un sistema más eficaz y menos molesto para entregar las bombonas. Para eso no se necesita un máster en el IESE. Esta carta va dirigida a su responsable de logística. Me parece una vergüenza por su parte que todavía utilicen sistemas tan tercermundistas, por no hablar de su política de salarios. La mayoría de los repartidores son inmigrantes que intentan ganarse el pan humildemente, y su salario son las propinas que reciben por parte de los clientes. Menuda miseria para una multinacional de semejante calibre. Seguro que nuestro apreciado alcalde Clos estará encantado de denunciar injusticias similares en los debates urgentes del siglo XXI de su Fòrum Barcelona 2004. Este hecho, como muchos otros, hace que sienta vergüenza ajena por mi ciudad y por este chapucero país.

EDUARD MARTÍNEZ
Barcelona

tornar tornar