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Jueves , 19 de enero de 2006 
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´La cultura del ruido´ por GUILLERMO LÓPEZ
 
 
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Hace mucho tiempo que comenzó a desarrollarse en nuestro país la cultura del ruido como consecuencia del desarrollo industrial, el progreso y la modernización. Con el advenimiento de las industrias, el ruido se hizo mayor y muchos obreros, con tal motivo, sufrían alteraciones nerviosas. ¿Recuerdan la película «Tiempos Modernos» de Charlot? Cuando salieron a la plaza los autos, sus bocinas, estridentes ellas, sus tubos de escape, cuyas explosiones podían desequilibrar a una persona, denotaban que en los vehículos iban personas importantes. Muchos bocinazos y explosiones, mayor importancia. Habíamos pasado de los ruidos de la naturaleza, el trinar de los pájaros, el rumor de la brisa y los cantos de los labradores en sus faenas agrícolas, a ese nuevo ruido producto del desarrollo industrial. El ruido de la máquina. Esos prolegómenos ruidosos fueron acrecentándose a medida que el tiempo pasaba. Las calles comenzaron a llenarse de ruidos. El tránsito rodado de autobuses y automóviles, las motos, con sus pavorosos y horrísonos escapes, tractores, camiones de recogida de basuras, de repartos, vendedores ambulantes, sirenas de las ambulancias, bomberos y policías, obras públicas y privadas aportando el estrepitoso estruendo de perforadoras, cortadoras, grúas, camiones de obra, etc. Las radios, tocadiscos, cadenas de música, televisión, auto-radios a todo volumen. Los centros comerciales con su potente música ambiental, a la que se suman las tiendas que los rodean. Los bares donde, en concierto endiablado, se mezclan la radio, televisión y videocasetes siempre encendidos, sin que nadie los vea o escuche. A ellos se unen las máquinas tragaperras y el ruido del mismo bar, vasos, platos, cafeteras, molinos de café, etc., donde se habla chillando. Los ruidos ensordecedores de las fiestas locales que se ponen en marcha en las fechas señaladas, que se van cociendo durante el resto del año, los sábados por la tarde y domingos por las mañanas organizados por barracas, teatros, fiestas, prolegómenos de los festejos de Moros y Cristianos, Hogueras, etc. Y las casas donde vecinos incontrolados ponen música a todo volumen para su propio disfrute. El sonido infernal de los macroconciertos de ¿música? moderna. Los bares de copas y discotecas perturbando la calma nocturna y tantos otros ruidos que se unen para hacer insoportable el sosiego ciudadano, acercándole cada vez mas a la sordera y enfermedades colaterales

La UE advierte de que España es la nación mas ruidosa de Europa, lo que corrobora la ONU asegurando que nuestro país ocupa uno de los primeros lugares del mundo. El ruido se cuela por todos lados impidiendo que la gente descanse, causándoles fuertes dolores de cabeza y un nerviosismo transformado en estrés involuntario. ¿Pero dónde meternos para dejar de escuchar el cada vez más ensordecedor ruido ciudadano? Es como el humo de los fumadores que perjudican a los que no lo son, los cuales tienen que aguantarse y soportar a los que fuman. Grandes y costosas campañas están en marcha para erradicar el vicio de fumar. Las leyes antitabaco van recrudeciéndose poco a poco. Desde el primero de enero la ley prohíbe fumar en lugares de trabajo y públicos. El tabaco perjudica la salud y llega a matar. También el ruido induce a enfermedad más o menos grave. La paulatina pérdida de audición del que la sufre y de quienes le rodean tiene efectos cardiovasculares, estrés, insomnio, pérdida de atención y un largo etc. Recuérdese que una de las torturas aplicadas a prisioneros es someterles a un prolongado ruido. Una encuesta del INE revela el elevado índice de contaminación acústica que desde el exterior afecta a los residentes vulnerando el derecho de intimidad. La Comunidad Valenciana es la zona con más ruidos de España, siguiéndola Ceuta, Melilla, Madrid y Barcelona.

La OMS establece en 65 decibelios la máxima intensidad del ruido tolerable. España lo supera con creces. La UE prohibirá superar los 87 decibelios, en todos los casos y sin excepción, a partir del mes de febrero de este año. La seguridad social atiende cada año a multitud de pacientes que se van quedando sordos y está pagando hasta 2.990 euros por lesiones en el oído. En los lugares de trabajo, tres de cada cuatro españoles están atacados por el ruido y sufren alteraciones nerviosas. En el año 2004 el Alto Tribunal de Estrasburgo fallaba que el exceso de ruido violaba los derechos humanos, condenando a pagar daños a personas perjudicadas. Es decir, que el ruido, como el tabaco, viola los derechos a la vida de quienes lo soportan. Las autoridades lo saben y se muestran permisivas. Muchos colectivos se quejan pero nada consiguen y los causantes de los ruidos continúan, sin darse cuenta que ellos son los primeros perjudicados. Creo que sería aconsejable que el Estado dictara leyes antirruido, como las antitabaco, e imponer sanciones, cada vez mas duras, contra quienes las incumplan. Sin embargo el hermoso ruido de los truenos y relámpagos que acompañan a la vivificante lluvia no se dejan oír tanto como quisiéramos por estas tierras alicantinas, siempre sedientas. Los pájaros sólo se oyen en las jaulas o en lugares muy alejados de las ciudades. Esperemos que en el futuro palacio de la música-auditorio, el ruido que se padece en el exterior se atempere con el sonido sublime de la música, calmando a modo de musicoterapia el estrés y la sordera, si es que ésta no ha aparecido ya en nuestros oídos.


Diario Informacion Editorial Prensa Alicantina, S.A. Avda. del Doctor Rico, 17. Apdo. 214. 03005 Alicante (España) Teléfono: (34) 96 598 91 00

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