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La Contra
 
INMA SÁINZ DE BARANDA
Lluís Gallardo
 
5 min
 
“¡BEEEEEE!”
“Los ciudadanos somos demasiado obedientes –dice este abogado concienciado mientras el ruido del aire acondicionado le obliga a levantar la voz–. Renunciar a batallar contra el ruido es renunciar a nuestros derechos.” Por lo visto, el ruido es un factor psicopatógeno que nos entra por los oídos, provoca la excitación nerviosa y acelera todas las funciones de nuestro organismo: nos causa estrés, dolor de cabeza, estreñimiento, colesterol en sangre y, “en experimentos de laboratorio con animales, se demostró que en un ambiente con ruido superior a 110 decibelios (claxon de automóvil, sirena de ambulancia, motos con escape libre, conciertos de rock...) los procesos cancerosos aparecen y se desarrollan con mayor rapidez” (www.juristas-ruidos.org/)
 

LLUÍS GALLARDO, PRESIDENTE DE JURISTAS CONTRA EL RUIDO
“El ruido eleva el colesterol”

Tengo 33 años. Soy licenciado en Derecho. Nací en Barcelona y vivo en l'Hospitalet de Llobregat. Convivo con una mujer fantástica pero un poco ruidosa, no tenemos hijos pero sí una gata: “Lluna”. Mi política es respetar a los demás mediante el silencio. Me educaron en el catolicismo que ciertamente he olvidado un poco, pero creo en Dios 

IMA SANCHÍS - 01/10/2003
Cómo se especializa uno contra el ruido?

–A raíz de un problema que tuve con unos vecinos ruidosos recién acabada la carrera.

–Pues debe usted mucho a esos vecinos.

–Visto así... Ahora el 80% de los asuntos que llevo tienen que ver con la defensa de perjudicados por el ruido.

–¿Qué entendemos por ruido?

–Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “todo aquel sonido no deseado”.

–Eso es demasiado amplio y subjetivo.

–De acuerdo, entonces le diré que el ruido provoca estrés, irritabilidad y ansiedad; agrava las enfermedades cardiovasculares, eleva la tensión arterial y el colesterol y perjudica seriamente el corazón. También provoca enfermedades gástricas y afecciones psíquicas.

-¡...!

–He conocido casos de esquizofrenia, personas que tenían junto a su casa una asociación sociocultural que organizaba conciertos y bailes hasta las 3 de la madrugada. A los vecinos acabaron diagnosticándoles una esquizofrenia por falta de horas de sueño.

–¿Cuál es el nivel de ruido aceptable para poder dormir

–Niveles superiores a 35 decibelios pueden producir insomnio. Si este problema se hace crónico tiene graves consecuencias físicas y psíquicas como somnolencia, fatiga y falta de concentración.

–¿De qué?

–De con-cen-tra-ción. ¿Qué no me oye?

–No mucho.

–Vaya, le voy a enseñar a hacer un autodiagnóstico: ¿percibe un zumbido tras estar expuesta a un ruido intenso?; o al abandonar una zona ruidosa ¿le resulta dificil la comprensión del habla?; ¿puede oír todas las palabras, pero algunas no las comprende?

–¿Debo ir al otorrino?

–Volando: el ruido pude afectar el nervio auditivo y al tímpano de por vida, lo que significa que jamás se librará del pitido interno. El ruido entra por estas dos ventanas, las orejas, que no podemos cerrar, y afecta a todo nuestro sistema, desde el cerebro hasta la piel. La mayoría de dolores de cabeza se los debemos a él.

–Según sus datos, en Barcelona no duerme nadie.

–Puede que durmamos, pero no descansamos; eso explica el nivel de irritabilidad, la falta de concentración y esa sensación de que no te da tiempo de nada. Todos esos son efectos psicológicos derivados del ruido.

–¿Pastillas para dormir?

–Mejor conseguir un silencio relativo, por debajo de los 30 decibelios.

–Con el tráfico de la ciudad es una utopía.

–Barcelona es una de las ciudades más ruidosas de España y España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón.

–En una oficina, frente al ordenador, teléfonos sonando, gente hablando, ¿qué nivel de ruido tenemos?

–Más de 60 decibelios. Resulta dificultoso trabajar en esas condiciones y ese el motivo de que terminemos nuestra jornada tan tensos y con dolor de cabeza. El tipo de ruido se mide por el espectro de frecuencia, a veces un ruido de baja frecuencia y continuo, como el del ordenador o el aire acondicionado, puede llegar a ser más perjudicial que otro de impacto. Es curioso, la calidad de vida disminuye conforme aumente el nivel de vida.

–¿Cuánto ruido soportamos en la Gran Via a la una del mediodía?

–Casi 80 decibelios y, en la Via Laietana se sobrepasan.

–¿Y si para soportar ese ruido te colocas unos auriculares y escuchas música?

–Según estudios del 2001, casi al 50% de los jóvenes que utilizan walkman les queda poco tiempo para experimentar la sordera. Y está demostrado que el ruido en las aulas es responsable de un bajo rendimiento escolar, particularmente en la enseñanza primaria.

–Las obras públicas son un martirio.

–Si quieres ahorrar dinero en esas cosas acabas contratando proyectos que utilizan tecnología poco desarrollada desde el punto de vista de la preservación del silencio.

–¿Los ciudadanos podemos denunciarlo?

–No, la obra pública tiene licencia para hacer ruido, es más importante su finalidad que nuestra salud. Aun así, hay una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que no legitimó el ruido de un tren que pasaba por encima de unas viviendas.

–Cuénteme la sentencia más curiosa.

–Llevamos a juicio a un pianista que se negaba a insonorizar la habitación de música y conseguimos expulsar a unos arrendatarios que empezaban a emitir ruidos el viernes por la noche y no paraban hasta el lunes.

–¡Menuda fiesta!

–La sentencia fue pionera. Otro caso que ganamos fue el de un campanario que excedía los límites de decibelios.

–¿Desde cuándo nos preocupa el ruido?

–Las leyes romanas ya preveían que determinados carruajes no pasaran por en medio de las poblaciones. Y hay una regulación isabelina de principios del siglo XIX que prohibía a los maridos pegar a sus mujeres a partir de las diez de la noche para no molestar a sus vecinos.

–Muy civilizados.

–Para civilizados los países nórdicos, que han implantado por ley en los coches un radar que detecta los vehículos de emergencia. En España las ambulancias y los bomberos rozan el límite del dolor y cada vez que arranca un autobús son 85 decibelios.

–Entiendo.

–No nos cansaremos de demandar a ayuntamientos por la falta de concienciación de sus responsables políticos.



 
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